Claro esta que este es un país futbolero. Quizás uno de los más pasionales del mundo en esta especie.
Pero ojo que yo no hablo del fútbol que la gente mira por la televisión. A mi el que me gusta es del potrero. El de los pibes, y no tan pibes también, que esperan agazapados que termine la jornada escolar para levantar el alambrado o saltar las rejas y echarse a jugar en la cancha de cualquier colegio, de cualquier iglesia posmo o en la mismísima plaza o calle de tierra.
¡Si! de ese fútbol me gusta hablar. En el que no entra el comercio, TyC Sports, Fox y toda la odiosa industria cultural. Ese donde prima la inventiva de quien tiene la pelota y del que se la quiere quitar. Del que pretende llenarse la boca de gol y del que quiere sacar la pelota del torneo volando como un ave y a mano cambiada salvar a su equipo de que vuelva a sacar del medio.
Y eso si es fútbol señoras y señores. Eso es pasión, drama, sudor, sangre, compañerismo, solidaridad y diversión. Y si no miren lo que paso ayer con este equipo, si el del “ChupaTeam”.
Todo parecía decepción después de un torneo que los encontró con menos puntos de los que mereció y con menos fútbol del que tiene para dar. Pero eso en el fútbol del que a mí me gusta hablar no importa compañero/a. Y sabe porque. Se lo paso a explicar.
Sencillamente porque acá todos quieren ganar, divertirse y pasarla bien. Enojarse por cometer errores y aplaudir cuando algo le sale bien al que juega con uno, que no es mas que el bien colectivo, el bien del equipo.
Y no tengo que inventar nada para convencerlo de que no le estoy mintiendo señor lector y señora lectora. Porque ayer un equipo que a priori no jugaba por nada salio a la cancha como si estuviera a punto de salir campeón. Salio a buscarlo y fue así que empezó ganándolo. Y que cometió errores que le facilitan al otro agrandarse y ponerse a tiro en el resultado.
Un equipo que se pone nervioso porque siente este juego pero que va a tener que calmar esas ansias. Por momentos todo parece dramático, gris.
Pero el juego sigue y todos tiramos para el mismo lado. El sudor sigue corriendo y la temperatura corporal es cada vez más alta. Y de eso se trata…eso solo te lo puede dar las ganas de querer ganar valga la redundancia.
Y tiene que ser así. Porque como se explica que un equipo vuelve a ponerse arriba en el marcador, después de arrancar mejor, pero que rápidamente se lo empatan y se lo den vuelta, que se lo vayan ganando, pero que termina festejando.
¿Como? Con dramatismo. Pero así fue este torneo para un grupo de amigos que sueña con ser campeón y jugar en
Porque se empezó a tocar. A pensar. A moverse mirando lo que hace el del al lado, propio y rival. A trabajar como equipo. Claro esta que el partido lo gano el “ChupaTeam” y por eso levanto la copa.
Lamentablemente no es la copa de “O Rey Machado”, pero es una para brindar. Una para saber que de frases hechas también se vive y que el fútbol, este fútbol…da revancha.
Hay que ajustar cosas, aceitar otras, practicar, correr, jugar, pensar, quien sabe que mas. Lo único que tengo claro es que este fútbol no se muere. Que este seguirá siempre. Que hay una llama que no se apaga y del “ChupaTeam” dependerá que se haga fogata y que el año que viene juguemos en
A su salud!.
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